¿Notas cambios en tus piernas y te preguntas si podrían ser venas o várices? Esa es una pregunta más común de lo que parece, especialmente cuando empiezan a aparecer venas visibles, sensación de pesadez, cansancio o incluso dolor. Muchas personas no están seguras de si lo que tienen son várices, arañitas vasculares o simplemente un problema pasajero. La realidad es que tanto las venas como las várices cumplen un papel clave en la salud circulatoria y, cuando dejan de funcionar como deberían, es momento de prestar atención.
Las venas o várices son una manifestación visible (y muchas veces molesta) de una alteración en el sistema venoso que puede afectar tu calidad de vida si no se trata a tiempo. Por eso, reconocerlas, entender su origen y saber cómo se diagnostican correctamente es esencial para tomar decisiones informadas sobre tu salud.
En este artículo te explicaremos con claridad qué diferencia hay entre venas normales y várices, por qué aparecen, qué síntomas suelen causar y cómo el Ecodoppler Vascular, una herramienta diagnóstica especializada, puede ayudarte a saber exactamente qué está pasando en tus piernas. También hablaremos de tratamientos actuales, medidas preventivas y cómo en nuestro centro en Bogotá podemos apoyarte a dar el primer paso hacia una mejor salud vascular.
¿Qué son las venas várices? Entendiendo la insuficiencia venosa
Las várices no aparecen de un día para otro. Son el resultado de un proceso progresivo que involucra el mal funcionamiento del sistema venoso, especialmente en las piernas. Para entenderlas, primero hay que diferenciar cómo funcionan las venas normales y qué sucede cuando se convierten en várices.
Diferencia entre venas normales y venas várices
Las venas tienen una función muy específica: llevar la sangre de regreso al corazón. En las piernas, esta tarea es más compleja porque la sangre debe ir en contra de la gravedad. Para lograrlo, las venas cuentan con válvulas internas que se abren para permitir el paso de la sangre hacia arriba y se cierran para evitar que retroceda.
Cuando esas válvulas funcionan bien, el flujo venoso es constante y eficiente. La sangre circula sin estancarse, y las venas se mantienen con un diámetro normal, sin generar molestias.
Características de las venas várices: ¿Cómo se ven y se sienten?
Cuando esas válvulas dejan de cerrar correctamente, la sangre comienza a acumularse en ciertas zonas de la vena. Esa acumulación genera presión, dilata las paredes venosas y da lugar a lo que se conoce como várices. Visualmente, se pueden notar como venas abultadas, alargadas o retorcidas, de color azul o morado, justo bajo la piel.
Pero no todo es visible. A veces, las várices están presentes aunque no se vean desde fuera. Lo que el paciente nota es una sensación de pesadez, calambres, picazón o cansancio en las piernas, sobre todo al final del día o tras estar mucho tiempo de pie o sentado.
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¿Son las arañas vasculares lo mismo que las várices?
Aunque muchas personas las confunden, no son lo mismo. Las arañas vasculares y las várices comparten algunas causas, pero tienen características distintas.
Tamaño, color y forma: Distinguiendo arañas vasculares de várices
Característica | Arañas Vasculares | Várices |
---|---|---|
Tamaño | Muy pequeñas | De mayor calibre |
Color | Rojo o púrpura | Azul o verdoso |
Forma | Ramificadas como telaraña | Dilatadas, retorcidas o abultadas |
Ubicación | Superficiales (piernas, rostro) | Más profundas (principalmente en piernas) |
Aspecto visible | No sobresalen de la piel | Pueden sobresalir |
Síntomas | Generalmente estéticas, sin dolor | Suelen causar pesadez, dolor, calambres |
Síntomas y riesgos asociados: ¿Cuándo areocuparse?
Las arañas vasculares rara vez provocan dolor, aunque pueden generar incomodidad estética. Las várices, por otro lado, sí suelen causar síntomas molestos como dolor, ardor, pesadez o incluso inflamación. Y más allá de lo incómodo, también pueden derivar en complicaciones si no se tratan: desde cambios en la coloración de la piel hasta úlceras venosas o trombosis.
Por eso, si estás notando síntomas, aunque las venas no se vean a simple vista, lo más recomendable es acudir a una valoración médica que incluya un estudio con ecografía Doppler venosa para saber exactamente qué ocurre.

¿Por qué aparecen las venas várices?
Las várices no son una casualidad. Aunque a veces aparecen de forma silenciosa, detrás de ellas suele haber una combinación de causas y factores que aumentan el riesgo de desarrollarlas. Comprender por qué aparecen es clave para tomar medidas preventivas o buscar atención médica en el momento adecuado.
La insuficiencia venosa como principal causa
El sistema venoso de las piernas está diseñado para hacer un trabajo exigente: llevar la sangre de vuelta al corazón, venciendo la gravedad. Para lograrlo, las venas cuentan con unas válvulas que se abren y cierran con cada latido del corazón y con el movimiento de los músculos.
Cuando estas válvulas se debilitan o se dañan, dejan de cerrar bien. Eso hace que la sangre retroceda o se acumule en las venas, aumentando la presión interna. Con el tiempo, esa presión provoca que las venas se dilaten, pierdan su forma y se vuelvan várices.
¿Quieres saber más sobre insuficiencia venosa? Lee aquí nuestro blog Insuficiencia venosa crónica: diagnóstico clave con Ecodoppler
Acumulación de sangre y dilatación de las venas
El problema no es solo visual. La sangre que se acumula en una vena varicosa circula más lentamente y puede irritar los tejidos cercanos. Esa acumulación es la que genera síntomas como pesadez, inflamación, calambres o sensación de ardor, sobre todo al final del día.
Si el problema no se detecta a tiempo, esa dilatación venosa puede seguir avanzando, comprometiendo otras zonas de la pierna y generando complicaciones como pigmentación oscura en la piel, úlceras o incluso trombosis superficial.
Factores de riesgo que aumentan la posibilidad de desarrollar várices
Las várices no afectan a todos por igual. Hay personas con más predisposición debido a características propias o hábitos de vida. Estos son los factores más comunes:
Edad y pérdida de elasticidad venosa
Con el paso del tiempo, las venas pierden elasticidad y las válvulas se debilitan. Por eso, es más frecuente ver várices en personas mayores de 40 o 50 años, aunque también pueden aparecer antes.
Herencia genética y antecedentes familiares
Si tu madre, padre o abuelos han tenido várices, es muy probable que tú también desarrolles el problema en algún momento. La predisposición genética afecta tanto la estructura de las venas como la calidad de las válvulas.
Sexo femenino y cambios hormonales (Embarazo, menopausia)
Las mujeres son más propensas a desarrollar várices, y una de las razones es el efecto de las hormonas femeninas. El embarazo, los anticonceptivos orales o la menopausia pueden alterar el tono de las paredes venosas y favorecer su dilatación.
Sobrepeso y obesidad: Mayor presión en las venas
El exceso de peso ejerce presión adicional sobre las venas de las piernas. Esa presión dificulta el retorno venoso y acelera la aparición de insuficiencia venosa.
Profesiones que requieren estar de pie o sentado por largos periodos
Quienes pasan muchas horas de pie (como profesores, vendedores o peluqueros), o quienes permanecen sentados por tiempos prolongados (trabajo de oficina, conductores), tienen un mayor riesgo de desarrollar várices. La falta de movimiento disminuye el retorno venoso y favorece el estancamiento de la sangre.
Otras condiciones médicas y factores
El estreñimiento crónico, el uso prolongado de tacones altos, el sedentarismo, o incluso traumatismos previos en las piernas también pueden afectar el funcionamiento venoso. A veces, pequeñas combinaciones de estos factores son suficientes para desencadenar el problema.
Podrías estar frente a un problema venoso. Agenda tu ecografía Doppler en Bogotá con el Dr. Pedro Rey y obtén un diagnóstico preciso para empezar tu tratamiento a tiempo.
Síntomas de las venas várices
Uno de los errores más comunes es pensar que las várices son un tema solamente visual. Que mientras no se vean mucho, no hay de qué preocuparse. Pero la realidad es que los síntomas pueden ir mucho más allá de lo estético, incluso en personas que apenas notan cambios visibles en sus piernas.
Sentir molestias al final del día, notar la piel tensa, los tobillos inflamados o experimentar calambres frecuentes puede ser la forma en que el cuerpo avisa que algo no está funcionando bien a nivel venoso.
Manifestaciones comunes de las várices
Abultamientos visibles y cambios en la piel
El signo más reconocible es la aparición de venas dilatadas, azuladas o verdosas que sobresalen bajo la piel. A veces son gruesas, otras veces lucen retorcidas o en forma de cordones. En etapas más avanzadas, también puede haber manchas marrones o zonas donde la piel se vuelve más dura o seca.
Dolor, pesadez y cansancio en las piernas
Uno de los síntomas más frecuentes. Muchas personas sienten que las piernas “pesan” al final del día, o que tienen que elevarlas para sentir alivio. El dolor puede variar desde una molestia leve hasta una sensación pulsátil o punzante en ciertas zonas.
Inflamación, picazón y calambres musculares
La retención de líquido en los tejidos, producto del mal retorno venoso, genera inflamación en tobillos y pies. Es común que esa hinchazón venga acompañada de picazón en la piel o calambres musculares, especialmente durante la noche o al estar en reposo.
Decoloración de la piel y posibles complicaciones
Cuando la insuficiencia venosa progresa, la piel puede cambiar de color, volverse más oscura o adquirir una tonalidad rojiza o violácea. En casos más avanzados, pueden aparecer pequeñas heridas que no cicatrizan bien o úlceras venosas, que requieren atención médica especializada.
¿Cuándo deberías preocuparte por tus várices y buscar atención médica?
No todos los síntomas son graves, pero hay señales que no deben pasarse por alto. Saber cuándo consultar puede evitar complicaciones innecesarias y permitir un tratamiento más efectivo.
Síntomas que indican un problema potencialmente grave
Si notas que una vena se pone muy dura, caliente al tacto, o si aparece enrojecimiento localizado junto con dolor intenso, es posible que haya una inflamación o una trombosis venosa superficial. También es importante estar alerta ante cambios bruscos en la hinchazón de una pierna o dolor al caminar, ya que pueden indicar problemas más serios en las venas profundas.
Conoce aquí los Síntomas de la trombosis venosa profunda: Diagnóstico temprano con ecografía Doppler
La importancia de la evaluación temprana por un especialista en venas
No hay que esperar a que el problema empeore para buscar ayuda. Un examen clínico junto con un ecodoppler vascular puede revelar qué tan comprometidas están tus venas y si hay signos de insuficiencia venosa crónica. Cuanto antes se haga el diagnóstico, más opciones hay de tratamiento y mejores son los resultados.
El diagnóstico de las venas várices: La importancia del Ecodoppler Vascular
Saber que tienes várices es solo el primer paso. Lo más importante es entender qué tan afectadas están tus venas, cuáles están comprometidas y si hay algún riesgo de complicaciones. Para eso, el diagnóstico debe ser preciso y completo. Y aquí es donde el ecodoppler vascular juega un papel fundamental.
La evaluación no solo se basa en lo que se ve a simple vista. Hay personas con várices internas o problemas en venas profundas que no se notan desde fuera. Y otras que tienen síntomas, pero aún no presentan cambios visibles. En ambos casos, el ecodoppler permite ver lo que el ojo no puede.
¿Cómo se evalúan las venas várices?

El examen físico por un médico especialista
Todo comienza con una consulta médica. El especialista examina las piernas en busca de signos visibles: venas prominentes, cambios en la piel, hinchazón. También pregunta por los síntomas y por factores de riesgo personales o familiares. Esto permite orientar el estudio hacia las zonas más probables de afectación. Pero, aunque el examen clínico es clave, no es suficiente para hacer un diagnóstico completo.

El papel crucial del ultrasonido venoso (Ecodoppler Vascular)
El ecodoppler es una ecografía especializada que permite ver el interior de las venas en tiempo real. No solo muestra la anatomía del sistema venoso, sino también el flujo de sangre. Es totalmente indoloro, no invasivo y no requiere preparación especial. Durante el estudio, el médico evalúa si hay reflujo venoso (es decir, si la sangre fluye hacia donde no debería), si las válvulas están fallando, y qué venas están afectadas: las superficiales, las profundas o ambas.
¿Qué es el ecodoppler vascular y cómo ayuda en el diagnóstico de várices?
Visualización de las venas profundas y superficiales
Muchas veces las várices visibles son solo la “punta del iceberg”. El ecodoppler permite examinar las venas más profundas que no se pueden palpar ni ver desde fuera, pero que pueden estar contribuyendo al problema.
Evaluación del flujo sanguíneo y la función de las válvulas
Uno de los datos más valiosos del ecodoppler es la posibilidad de ver cómo fluye la sangre. Se puede identificar si hay reflujo, en qué momento ocurre (al estar de pie, al hacer presión) y qué tan severo es. También permite ver si las válvulas están cerrando bien o si están dejando pasar sangre en la dirección contraria.
Detección de posibles coágulos sanguíneos
En algunos casos, el ecodoppler también permite detectar trombos o coágulos en venas profundas o superficiales. Esto es especialmente importante si hay dolor localizado, inflamación repentina o antecedentes de trombosis.
Beneficios del Ecodoppler Vascular para tus venas en Bogotá
Realizar un estudio con ecodoppler en nuestro centro en Bogotá tiene varias ventajas que marcan la diferencia en el tratamiento de las várices:
Diagnóstico preciso y detallado de la insuficiencia venosa
Saber exactamente qué venas están comprometidas permite diseñar un plan de tratamiento adaptado a tu caso. No todos los pacientes requieren lo mismo, y el ecodoppler ayuda a evitar tratamientos innecesarios o incompletos.
Guía para la planificación del tratamiento más adecuado
El ecodoppler actúa como un mapa para el especialista. Indica con precisión qué zonas deben tratarse y con qué técnica, ya sea escleroterapia, láser, cirugía ambulatoria u otro enfoque.
Evaluación del progreso del tratamiento
Después del tratamiento, también puede utilizarse para hacer seguimiento. Verifica si el flujo venoso ha mejorado, si las venas tratadas ya no presentan reflujo y si la circulación se ha restablecido correctamente.
¿Cuándo es el momento adecuado para hacerse un examen de venas como el Ecodoppler Vascular?
Muchas personas conviven durante años con síntomas como pesadez en las piernas, inflamación o dolor, sin saber que detrás puede haber un problema venoso. Y cuando finalmente aparecen las venas abultadas o los cambios en la piel, ya hay una insuficiencia avanzada. Lo cierto es que no hay que esperar a que las várices sean visibles o dolorosas para buscar un diagnóstico.
El ecodoppler vascular, al ser una prueba no invasiva, segura y altamente precisa, es la herramienta ideal para detectar problemas venosos incluso en etapas iniciales. Pero, ¿cómo saber si ya es momento de hacérselo?
Señales que indican que necesitas un ecodoppler venoso
Si presentas alguno de estos síntomas de forma recurrente, es recomendable hacerte un estudio doppler:
- Piernas pesadas, sobre todo al final del día.
- Inflamación en tobillos o pies, que mejora al elevar las piernas.
- Calambres nocturnos o sensación de hormigueo.
- Picazón o ardor localizado en las piernas.
- Venas visibles o dilatadas, aunque no causen dolor.
- Cambios en la coloración o textura de la piel en la parte inferior de las piernas.
También es importante en personas que, aunque no tengan síntomas aún, tienen antecedentes familiares de várices, embarazos múltiples, sobrepeso, o trabajan muchas horas de pie o sentados.
Prevención, diagnóstico y seguimiento en un solo estudio
El ecodoppler no solo es útil para detectar várices, también se utiliza para:
- Evaluar la progresión de una insuficiencia venosa ya diagnosticada.
- Planificar un tratamiento con precisión.
- Verificar si hay trombos o complicaciones asociadas.
- Hacer seguimiento post-tratamiento y comprobar los resultados.
¿Hay que esperar una orden médica?
En muchos casos no. Si tienes síntomas compatibles con insuficiencia venosa, puedes acercarte directamente a nuestro centro en Bogotá para una valoración. Contamos con médicos especializados en estudios vasculares que pueden indicarte si necesitas el examen, realizarlo el mismo día y darte un informe detallado para decidir los pasos a seguir.
Actuar a tiempo puede evitar complicaciones innecesarias. Si tienes dudas sobre tus venas o te identificas con alguno de estos síntomas, el momento de hacerte un examen es ahora.

Opciones de tratamiento para las venas várices
Una vez que se confirma el diagnóstico de insuficiencia venosa, es momento de actuar. Y la buena noticia es que existen múltiples opciones para tratar las várices, adaptadas al grado de afectación y a las necesidades de cada paciente. El tratamiento puede ir desde cambios en el estilo de vida hasta procedimientos mínimamente invasivos, con excelentes resultados en la mayoría de los casos.
Cambios en el estilo de vida y medias de compresión como primer paso
Antes de pensar en intervenciones, hay medidas que pueden mejorar los síntomas y frenar la progresión de la enfermedad, especialmente en las etapas iniciales.
Medidas para aliviar los síntomas y favorecer la circulación
El ejercicio regular —como caminar o nadar— ayuda a activar el retorno venoso. Elevar las piernas al descansar, evitar estar mucho tiempo de pie o sentado, y usar calzado cómodo también tiene un impacto positivo. En muchos casos, estas recomendaciones permiten aliviar la pesadez, reducir la hinchazón y prevenir la aparición de nuevas várices.
El uso correcto de las medias de compresión
Las medias de compresión graduada son una herramienta fundamental. Aplican presión controlada desde el tobillo hacia arriba, favoreciendo el retorno de la sangre al corazón. No eliminan las várices existentes, pero mejoran notablemente los síntomas. Es clave que sean recetadas por un profesional, ya que vienen en diferentes tallas y niveles de compresión según la necesidad de cada paciente.
Tratamientos mínimamente invasivos para las várices
Cuando las várices ya están formadas o los síntomas persisten, hay tratamientos efectivos y seguros que no requieren cirugía convencional ni hospitalización.
Ablación venosa (Láser Endovenoso, Radiofrecuencia)
Estos tratamientos consisten en introducir una fibra delgada dentro de la vena afectada y aplicar calor controlado para cerrarla desde el interior. El cuerpo reabsorbe la vena cerrada con el tiempo, y la sangre busca rutas saludables para circular. Son procedimientos ambulatorios, con mínima molestia y rápida recuperación.
Escleroterapia (Líquida o en Espuma)
Se utiliza para venas más pequeñas o superficiales. Consiste en inyectar un medicamento esclerosante dentro de la vena, que provoca su cierre progresivo. La escleroterapia en espuma permite tratar venas más grandes o zonas más extensas con mayor eficacia.
Tratamiento venaSeal (Adhesivo Médico)
Este método innovador utiliza un adhesivo especial que sella la vena sin necesidad de calor ni inyecciones esclerosantes. Es rápido, prácticamente indoloro y no requiere el uso posterior de medias de compresión en muchos casos.
Flebectomía ambulatoria
Ideal para várices más superficiales o ramificaciones visibles. Se realiza bajo anestesia local y consiste en extraer las venas afectadas a través de pequeñas incisiones. Las cicatrices son mínimas y la recuperación suele ser rápida.
¿Qué tratamiento es el adecuado para ti? La importancia de la consulta con un especialista
No todos los tratamientos son para todos. Por eso, es fundamental una valoración médica personalizada.
Evaluación individualizada de cada caso
El especialista evaluará tu tipo de várices, la extensión del problema, tus síntomas, estado de salud general y expectativas. Con esa información, podrá indicarte cuál es la mejor opción para ti, y en qué orden conviene realizar los tratamientos si hay varias zonas comprometidas.
Discusión de las opciones y expectativas del tratamiento
En consulta, también se aclaran dudas sobre resultados esperados, duración del tratamiento, cuidados posteriores y prevención de recurrencias. El objetivo no es solo mejorar la apariencia, sino recuperar la salud circulatoria y evitar complicaciones a largo plazo.
¿Qué aporta el Ecodoppler en la planificación del tratamiento conservador?
Hoy en día, el tratamiento de las venas o várices ha avanzado mucho más allá de la simple extracción de las venas afectadas. Métodos modernos como el C.H.I.V.A. (Cura Hemodinámica de la Insuficiencia Venosa Ambulatoria) han demostrado que preservar la red venosa superficial es posible, siempre que se entienda bien el flujo y los puntos de fuga del sistema venoso. Y para eso, el estudio Ecodoppler Vascular es fundamental.
Este tipo de tratamiento, menos invasivo y con rápida recuperación, se basa en intervenir únicamente las zonas de reflujo detectadas con precisión por el eco-Doppler, sin eliminar la vena completa. Así se logra conservar su función fisiológica, reducir complicaciones, y mejorar el confort del paciente.
Como lo explica Camou (2002), “la implantación de métodos de diagnóstico y exploración del sistema venoso como el eco-doppler ha supuesto una revolución para comprender mejor la hemodinámica venosa, plantear la estrategia de tratamiento e incluso predecir la evolución del proceso varicoso tratado” (p. 10).

¿Cómo saber si tus molestias son por un problema venoso u otra causa?
No todo dolor o molestia en las piernas se debe a várices. Pero tampoco hay que subestimar síntomas como pesadez, calambres o hinchazón, porque muchas veces son la forma en que el cuerpo avisa que hay un problema en la circulación venosa.
El gran reto es que los síntomas de las várices pueden parecerse a los de otros trastornos, como fatiga muscular, problemas articulares, afecciones linfáticas o incluso trastornos neurológicos. Entonces, ¿cómo saber cuándo se trata de algo venoso?
Síntomas típicos de un problema venoso
Si bien cada persona es diferente, hay ciertos patrones que suelen indicar que el origen es venoso. Por ejemplo:
- Pesadez en las piernas que empeora al final del día o al estar mucho tiempo de pie.
- Calambres nocturnos, especialmente en las pantorrillas.
- Inflamación progresiva en tobillos o pies, que mejora al elevar las piernas.
- Venas visibles o abultadas, aunque no siempre presentes en etapas iniciales.
- Picazón o sensación de ardor localizada, sobre todo en la zona baja de las piernas.
- Cambios en la piel, como manchas oscuras, resequedad o engrosamiento cerca de los tobillos.
Si estos síntomas aparecen de forma crónica o se intensifican con el paso del día, hay una alta probabilidad de que estén relacionados con insuficiencia venosa.
¿Y si el dolor no es venoso?
También hay molestias en las piernas que no tienen origen vascular. Algunos ejemplos:
- Dolor articular por problemas de rodilla, cadera o columna.
- Fatiga muscular tras ejercicio intenso o malas posturas.
- Retención de líquidos por desbalances hormonales, medicamentos o problemas renales.
- Dolor punzante o eléctrico por compresión de nervios (como en casos de ciática).
- Trastornos linfáticos que generan inflamación persistente, pero sin sensación de pesadez venosa.
La clave está en los detalles: la localización, el momento del día, lo que alivia o empeora el síntoma. Por eso, no basta con una autoevaluación.
El rol del Ecodoppler: Confirmar o descartar
Cuando los síntomas no son claros o pueden tener varias causas, el ecodoppler vascular es la herramienta más confiable para determinar si hay una alteración venosa. Permite ver si existe reflujo, obstrucción o dilatación de venas, y así diferenciar el problema venoso de otras condiciones.
Incluso cuando el examen resulta normal, tiene valor: descarta una causa frecuente y orienta al paciente hacia otros estudios, evitando tratamientos innecesarios.
Cuida tus venas con Ecodoppler Vascular en Bogotá
Las venas o várices no son un problema menor. Detrás de la pesadez, la hinchazón o los calambres en las piernas, puede haber una insuficiencia venosa que, si no se diagnostica a tiempo, puede avanzar y generar complicaciones que afectan tu calidad de vida.
La buena noticia es que el diagnóstico hoy en día es simple, rápido y no invasivo. Con una ecografía Doppler vascular es posible detectar alteraciones venosas desde etapas tempranas, incluso antes de que las várices sean visibles. Este estudio permite evaluar el estado real de tus venas, identificar si hay reflujo, dilataciones o coágulos, y guiar el tratamiento más adecuado para ti.
En Bogotá, puedes realizarte este examen con el Dr. Pedro Rey, médico radiólogo con más de 30 años de experiencia en diagnóstico vascular no invasivo. Egresado de la Universidad del Rosario y especialista en imágenes diagnósticas, el Dr. Rey se ha dedicado a la evaluación precisa de condiciones del sistema circulatorio mediante ecografía Doppler, incluyendo enfermedades venosas, arteriales, varicocele y otras alteraciones circulatorias.
Con su experiencia, no solo obtendrás un diagnóstico confiable, sino también una orientación clara sobre los pasos a seguir para cuidar tu salud vascular.
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Preguntas frecuentes sobre venas várices
¿Qué son las ecografías de tejidos blandos y cuándo se utilizan?
Depende del grado de afectación. En casos leves, los cambios en el estilo de vida, el uso de medias de compresión y algunos tratamientos mínimamente invasivos pueden mejorar los síntomas e incluso hacer desaparecer las venas más superficiales. Sin embargo, cuando hay reflujo venoso significativo, lo ideal es un diagnóstico con ecografía Doppler para definir si es necesario un tratamiento más específico como la escleroterapia o la ablación venosa.
¿Puedo hacer ejercicio si tengo várices?
Sí, y de hecho, es recomendable. Actividades como caminar, nadar o andar en bicicleta ayudan a activar la circulación y mejorar el retorno venoso. Lo que se debe evitar son ejercicios que implican levantar mucho peso o permanecer de pie por periodos prolongados sin moverse, ya que pueden empeorar la presión venosa.
¿Las várices empeoran con el calor?
Sí. Las altas temperaturas provocan dilatación de los vasos sanguíneos, lo que puede hacer que las várices se noten más o que aumenten los síntomas como pesadez, hinchazón o picazón. Es importante en época de calor mantener las piernas frescas y elevarlas al descansar.
¿Qué ropa o calzado debo evitar si tengo várices?
Se recomienda evitar ropa muy ajustada en la cintura, ingles o piernas, ya que puede dificultar el retorno venoso. En cuanto al calzado, los tacones altos por periodos prolongados no favorecen la circulación. Lo ideal es usar zapatos cómodos, con un tacón bajo y estable.
¿Puedo usar medias de compresión sin receta médica?
Lo más seguro es usarlas bajo indicación médica. Existen distintos niveles de compresión y tallas específicas. Usar una media inadecuada puede resultar ineficaz o incluso contraproducente. Tras un estudio con ecodoppler, el médico puede recomendar el tipo y grado de compresión más adecuado.
¿Es normal tener várices en una sola pierna?
Sí, aunque muchas veces se presentan en ambas piernas, es posible que una sola pierna esté más afectada por motivos anatómicos, antecedentes de traumatismos o incluso diferencias posturales. Un estudio Doppler ayuda a detectar si hay alguna alteración localizada.
¿Las várices pueden reaparecer después del tratamiento?
En algunos casos sí, sobre todo si no se tratan correctamente los puntos de reflujo o si existen factores de riesgo no controlados (como el sobrepeso o la inactividad). Por eso es fundamental combinar el tratamiento con el seguimiento adecuado y cuidados preventivos.
Referencias bibliográficas
- Camou, J. I. (2002). Método C.H.I.V.A. en el tratamiento de las várices de los miembros inferiores [Tesis de grado, Facultad de Medicina].